La restauración del Pabellón de Zúrich de Le Corbusier: los espacios específicos piden exposiciones específicas
DOI:
https://doi.org/10.4995/lc.2022.18257Palabras clave:
Zúrich, Heidi Weber, síntesis de las artes, restauración, técnicas de exposiciónResumen
El Pabellón de Zúrich de Le Corbusier, construido entre 1964 y 1967 por su exclusiva marchante de arte y muebles, Heidi Weber, es una casa modelo que -colocada bajo dos enormes paraguas de acero- servía para demostrar la interacción de todas las diferentes creaciones del artista-arquitecto. En 2014, cuando expiró el contrato de arrendamiento del terreno de Weber, la titularidad del pabellón recayó en la ciudad de Zúrich, que decidió abrirlo de forma regular y gestionarlo como museo dedicado a Le Corbusier. Una cuidadosa restauración puso el edificio a punto, con el acuerdo de que no podía ser alterado y utilizado a voluntad. Mientras se realizaban una serie de mejoras relevantes en el espacio subterráneo, los pisos superiores, inundados por el sol pero sin calefacción, permanecían en su estado original. El Ayuntamiento formuló los posibles usos en función de las condiciones que dictaba el pabellón restaurado y, finalmente, confió su explotación al Museum für Gestaltung Zurich. El artículo muestra cómo los entornos climáticos específicos determinaron efectivamente el diseño de las tres primeras exposiciones anuales de verano.
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